De los coches afectados, más de 6.000 son de VW y más de 1.000 de Seat. En estas fábricas de montaje, se están llevando a cabo pruebas sobre las direcciones de estos vehículos, para comprobar si existen defectos o no, con el objetivo de dar salida cuanto antes a los coches que no tengan problema, y así resolver la saturación que hay en las campas.
En el caso de Landaben, la semana pasada, se habían revisado 2.000 unidades, de las cuales cerca de 170 necesitaban un cambio de dirección. Esta semana se habrían acelerado las revisiones con lo que los coches pendientes de analizar serían muchos menos. Fuentes de la compañía han señalado a La Tribuna de Automoción que las campas han estado "algo más llenas de lo normal durante dos o tres días de la semana pasada", porque al conocer que había un problema en "un porcentaje mínimo" de una partida de direcciones se han incrementado los controles de calidad, dejándose inmovilizados coches. Estas mismas fuentes han indicado que el problema ya se habría solucionado y que durante todo el periodo se han seguido haciendo 1.408 unidades al día.
En cuanto a Martorell, fuentes de la compañía han concretado que ya han comenzado las revisiones de los más de 1.000 Ibiza.
Por lo que respecta a ZF TRW, ya se están enviando desde Polonia piezas sin defectos a España. Asimismo, en la planta de Landaben del proveedor se han apartado las piezas que estaban en stock y que pertenecían a las series que podían tener defectos.
A raíz de esta crisis, el Comité de Empresa de VW Navarra ha hecho una declaración en la que pide a su dirección que exija a "la multinacional TRW realizar la totalidad de la producción de la dirección" del Polo "en la factoría que tiene ubicada en Landaben". "Nunca antes se ha dado este tipo de situación en cuanto al producto suministrado por ZF TRW, clara muestra de la dedicación, esfuerzo, compromiso, capacitación y profesionalidad de la plantilla de la factoría de Navarra", sentencian los grupos sindicales.
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